Este proyecto se organiza en dos bloques que reúnen ocho departamentos entre flats y dúplex. La disposición en torres independientes favorece la ventilación cruzada y el ingreso de luz natural. Los espacios sociales se abren hacia los extremos mientras que las áreas privadas se concentran en el centro, logrando mayor confort y privacidad.
El diseño propone ambientes sociales integrados, terrazas y balcones que amplían la vida interior hacia el exterior y que, bajo el concepto de Lofts, privilegian el espacio útil restando pasadizos. Con una fachada blanca, sobria y contemporánea, que combina vidrio, celosías de madera y elementos metálicos en color oscuro, el edificio se integra al entorno y al mismo tiempo aporta frescura y modernidad, con sutiles referencias a la arquitectura tradicional de barranco.